
El Vall de Boí atesora la mayor concentración de arte románico de Europa, cuya característica principal se la uniformidad de estilo lombardo (proveniente del norte de Italia). El aislamiento del valle ha permitido que las iglesias románicas del Vall de Boí se conserven casi intactas, mostrándo una gran pureza de estilo románico. Son Patrimonio de la Humanidad desde el año 2000
La gran concentración de iglesias en tan poco espacio se debe a la estructura social de los siglos XI y XII, cuando todo giraba en torno a jerarquías eclesiásticas y señoriales. Para estos pueblos las iglesias eran mucho más que templos espirituales, también eran lugares de reunión y de refugio.
Otro aspecto destacable de esta ruta es el entorno natural del Vall de Boí, situado a los pies del Pirineo leridano conforma un precioso paisaje de montaña, pueblecitos de ensueño y arte románico.
Recomendamos comenzar la ruta por el Centro del Románico de la Vall de Boí, donde además de recoger valiosa información se pueden comprar las entradas que mejor se adapten al tipo de visita que deseas realizar.
Su campanario de 6 pisos, con 22 metros de altura es absolutamente espectacular, y da buena cuenta de la función defensiva de estas construcciones. Tiene la altura necesaria para poder vigilar los caminos en una orografía tan complicada como la ladera en la que se ubica la iglesia.
Se sabe la fecha exacta de su consagración gracias a una inscripción hallada en una de sus columnas: 10 de diciembre de 1123 (S. XII) la inscripción se conserva en el Museo Nacional de Arte de Catalunya.
Las pinturas del ábside es una de las obras maestras del románico europeo, los diferentes elementos bíblicos con el Cristo del Juicio Final en el centro crean una composición dinámica con la utilización de los colores para dar volumen a las figuras, una obra muy adelantada a su tiempo. La pintura original se conserva en el Museo Nacional de Arte de Catalunya (MNAC), mientras que en el ábside podemos disfrutar de una reproducción exacta.
En pleno casco histórico de Taüll se encuentra la iglesia de Santa María de Taüll, consagrada el 11 de diciembre de 1123, solo un día después de Sant Climent de Taüll, a solo unos cientos de metros de distancia. En aquel tiempo Taüll contaba con una tercera iglesia, lo que da cuenta de la importancia que llegó a tener esta localidad.
Su campanario de cinco pisos muestra una ligera inclinación y al contrario del de Sant Climent está integrada en el edificio. La estructura interior ha sido modificada por diferentes reformas llevadas a cabo en siglos anteriores, perdiendo la uniformidad de estilo románico. En el exterior destaca la regularidad de su aparejo, con sillares medios bien tallados.
El interior de la iglesia estuvo en el pasado decorada con pinturas murales casi en su totalidad, pero a principios del siglo XX los murales fueron despegados y trasladados al MNAC, para asegurar su conservación. En su lugar se dejó una reproducción en varios tramos de la pared y del ábside central, para que el visitante pueda tener una idea in situ.
La iglesia de Sant Joan data de la misma época que las dos anteriores y aunque su tamaño es más reducido se corresponde con el mismo estilo arquitectónico, siendo muy probablemente construida por los mismos canteros. En su día tuvo un campanario de altura similar a las dos iglesias anteriores, pero un incendio en el siglo XIII destruyó los tres pisos superiores.
También Sant Joan de Boí estuvo decorada con frescos y tallas, todo ello se conserva en el MNAC.
El inicio de la construcción de la iglesia de Santa Eulália d’Erill es anterior a las anteriores (S. XI), pero fue realizada en varias fases, coincidiendo las últimas fases con la construcción de las anteriores (S. XII) por lo cual su estilo coincide con todos los demás pero con algunos elementos diferenciadores:
La iglesia contaba con un gran número de tallas de gran valor que se conservan en el MNAC, la iglesia cuenta con una pequeña exposición permanente donde se pueden ver diferentes elementos aparecidos durante la excavación de investigación que se llevó a cabo en el S. XX.
Posiblemente data de finales del S. XI o principios del XII y muy probablemente fue construida por los mismos maestros de obra que las demas. La principal característica es su bóveda de cañón ligeramente peraltada y su presbiterio con doble arco triunfal apoyado sobre ménsulas en lugar de pilares.
Su campanario es también de estilo lombardo, aunque sólo de tres alturas.
Destaca en esta iglesia su esmerada silleria, dispuesta en hileras horizontales. También es remarcable la longitud de su bóveda de cañón, el porche medieval adosado a su muro sur y los ornamentos animales y vegetales.
La torre es del mismo estilo que las anteriores pero de cinco alturas.
Se trata de la única ermita encuadrada en el grupo de templos románicos declarados Patrimonio de la Humanidad. Está ubicada en la cima de una montaña a unos 1500 metros de altura y se accede a través de una estrecha pista pavimentada.
Se trata de un pequeño templo en el que destaca su emplazamiento, con fantásticas vistas panorámicas. Desafortunadamente su interior no es visitable, una pena …
Una modesta construcción en la que destaca la gran altura de su ábside, debido a que está construida al borde de un barranco. Como curiosidad podemos destacar el crismón tallado en piedra sobre el arco de la portada.
Fue consagrada en 1110 y formó parte de un monasterio benedictino, aunque hoy día forma parte del cementerio de la localidad. Los elementos más destacados son los capiteles con motivos historiados y vegetales y también el crismón, considerado el más bello de todas las iglesias de la comarca.
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